Interculturalidad y educación superior

Pueblos indígenas, educación y transformación de la universidad en Bolivia

 

 

Guido Machaca Benito[1]

 

 

No sé porque tanto se preocupan ustedes ahora de eso que llaman acceso a la universidad. Desde hace años que estamos en la universidad, pero ustedes no nos ven. Ese no es el asunto. El problema es que entramos indios y salimos blancos. Esa es la cuestión que ahora debe atender la universidad.

 

Florencio Alarcón, líder quechua de Raqaypampa, Bolivia, ex directivo del Consejo Educativo de la Nación Quechua y ex diputado nacional suplente.

 

 

Introducción

 

En Bolivia, los pueblos indígenas están haciendo cada vez más explícita su demanda por educación superior, como consecuencia inevitable del acceso significativo que lograron, en estas últimas décadas, a los niveles primario y secundario de la educación formal y alternativa. Esta demanda estuvo inicialmente ligada a la formación docente, y actualmente se dirige también a la educación universitaria. Más allá del acceso, pretende buscar su transformación e interculturalización en aras de calidad y pertinencia sociocultural, y para que responda a las exigencias históricas y actuales de las organizaciones y comunidades indígenas originarias. Como segunda opción está la creación de universidades indígenas o interculturales. El gobierno boliviano ya transita en esta última senda, aunque sin el consenso necesario, precisamente, con las organizaciones educativas indígenas que durante estos últimos años vienen trabajando en relación directa con las comunidades y organizaciones de base en el país.

 

Este texto, de forma somera, muestro la situación sociodemográfica del país y su situación educativa, comparando población indígena y no indígena. Sobre esa base, desde la mirada de algunos líderes y dirigentes indígenas, describo el proceso de construcción de la demanda referida a la educación superior; expongo y analizo las reacciones respecto de la creación gubernamental de las universidades indígenas; para, finalmente, sistematizar las expectativas del movimiento indígena respecto de la educación superior, en la perspectiva de dar respuesta a la demanda histórica de una educación superior con calidad y que considere las matrices socioculturales y planteamientos de los 36 pueblos indígenas que viven en Bolivia.

 

1. Datos sociodemográficos generales

 

Bolivia se divide en 9 departamentos, 112 provincias y 324 secciones municipales. Posee 8.274.325 habitantes y una superficie territorial de 1.098.581 kilómetros cuadrados. En medio siglo, el país cuadruplicó su población; de 2.704.165 habitantes en 1950 a 8.274.325 (INE 2002).

 

Un fenómeno que llama la atención es el nivel de urbanización de la población. Siguiendo la tendencia regional, la población rural que llegaba al 73%, en 1950, constituía sólo el 37% en el 2001; lo que significa que, también en medio siglo, disminuyó 36 puntos porcentuales. La población urbana aumentó en esa misma proporción: de 26% en 1950 pasó al 62% en el 2001. Este hecho, sin embargo, no significa que la población indígena haya disminuido. Lo que se observa es su desplazamiento hacia los centros urbanos, en busca de mejores condiciones y oportunidades laborales, económicas y sociales, sin que ello siempre implique la pérdida de la identidad sociocultural y la disociación con su comunidad y región de origen.

 

La población y los pueblos indígenas, hoy en día y como veremos en el Cuadro 1, son  temas que conciernen y están insertos también en el ámbito del área urbana. Fueron justamente algunos indígenas andinos urbanos, quiénes, luego de lograr acceder a la educación superior, comenzaron a interpelar el tipo de Estado y sociedad excluyente y discriminadora de lo indígena. Al hacerlo, también interpelaron la educación superior universitaria que, desde su fundación hasta la actualidad, atendió y atiende preferentemente a la población no indígena del país.

 

El 2001 la autoadscripción indígena de las personas y familias censadas sorprendió a la población boliviana. Cuando algunos sectores pensaban que la población indígena, travista como sinónimo de atraso y subdesarrollo, disminuiría por la primacía del mestizaje en el país, el 62% de la población de 15 años y más se auto identificó como perteneciente a un pueblo indígena. Si agregamos a ese porcentaje a los menores de 15 años cuyos padres manifiestan ser indígenas y, además, señalan que su lengua materna es indígena, este porcentaje fácilmente alcanza al 66% (CELADE 2004, citado en CEPAL y BID 2005: 7). En Bolivia la población que se asume como indígena constituye dos tercios del total nacional.

 

Cuadro 1: Bolivia: Auto adscripción de la población de 15 años o más según área

 

Población

Urbana

Rural

Total

%

%

%

Indígena[2] 

1.748.477

55,58

1.397.298

44,42

3.145.775

61,97

Quechua

791.682

50,82

766.007

49,18

1.557.689

49,52

Aimara

762.235

59,61

516.392

40,39

1.278.627

40,65

Guaraní

43.076

54,92

35.362

45,08

78.438

2,49

Chiquitano

76.856

68,46

35.415

31,54

112.271

3,57

Moxeño

32.695

75,47

10.628

24,53

43.323

1,38

Otro indígena

41.933

55,59

33.494

44,41

75.427

2,40

No indígena

1.529.122

79,21

401.354

20,79

1.930.476

38,03

Total

3.277.599

64,57

1.798.652

35,43

5.076.251

100,00

 

Fuente: Elaboración propia en base a Recuperación de Datos para Áreas Pequeñas por Microcomputador (REDATAM) del Instituto Nacional de Estadística de Bolivia. Cochabamba, noviembre 2008.

 

 

De 3.145.775 personas de 15 años y más que se asumen como pertenecientes a un pueblo indígena, el 49,5% se identificó como quechua y el 40,6%  como aimara. Estos pueblos, localizados preponderantemente en la región andina, son los que mayor población tienen, ya que sobre pasan el 90% del total de la población indígena. Los otros pueblos, en orden decreciente, son el chiquitano (3,6%), el guaraní (2,5%) y el moxeño (1,9%). En la categoría de “otro indígena” se encuentran las personas de 31 pueblos que habitan en el Chaco, el Oriente y la Amazonía boliviana. En estas regiones, con mayores superficies de tierra y territorio y menor población, existe también mayor diversidad cultural y lingüística.

 

Como apreciamos en el Cuadro 1, más del 50% de la población indígena está ubicada en el área urbana; en contra partida, la población no indígena se concentra, mayoritariamente, en el área urbana, en alrededor del 80%.

 

Cinco son los departamentos que poseen una mayor presencia indígena; pues tienen entre un 65 y 84% de su población de 15 años y más que se auto identificada como indígena. Nos referimos a Chuquisaca (65%), Oruro y Cochabamba (ambos con el 74%), La Paz (77%) y Potosí (84%). Los departamentos con menor población indígena son aquellos que pertenecen a las regiones del Chaco, Oriente y Amazonía bolivianas: Pando (16%), Tarija (20%), Beni (33%) y Santa Cruz (37%).

 

Cuadro 2: Auto adscripción de la población de 15 años o más por departamento

 

Departamento

Indígena

No indígena

Total

%

%

%

Chuquisaca

202.381

65,50

106.611

34,50

308.992

6,09

La Paz

1.163.827

77,35

340.868

22,65

1.504.695

29,64

Cochabamba

670.264

74,28

232.072

25,72

902.336

17,78

Oruro

185.924

73,90

65.680

26,10

251.604

4,96

Potosí

348.483

83,72

67.742

16,28

416.225

8,20

Tarija

47.306

19,67

193.200

80,33

240.506

4,74

Santa Cruz

456.402

37,44

762.528

62,56

1.218.930

24,01

Beni

66.243

32,72

136.220

67,28

202.463

3,99

Pando

4.945

16,21

25.555

83,79

30.500

0,60

Total

3.145.775

61,97

1.930.476

38,03

5.076.251

100,00

 

Fuente: Elaboración propia en base a Recuperación de Datos para Áreas Pequeñas por Microcomputador (REDATAM) del Instituto Nacional de Estadística de Bolivia. Cochabamba, noviembre 2008.

 

Los departamentos con menor cantidad de población indígena son aquellos donde persiste una mayor diversidad lingüística y cultural; allí también viven familias y personas andinas producto de las políticas de colonización implementadas, de forma dirigida y espontánea, desde la década de los años 1950 y en el contexto de aplicación de la Reforma Agraria de 1953. En la región andina, aunque en mucho menor proporción, también viven algunas familias y personas provenientes de las regiones del Chaco, Oriente y Amazonía.

 

En diversos porcentajes, todos los departamentos de Bolivia cuentan con presencia de población indígena y, por ello, las principales organizaciones indígenas tienen sus oficinas, desde donde desarrollan sus acciones, en las capitales de departamento y provincia, localizados justamente en áreas urbanas. 

 

En Bolivia viven 36 pueblos indígenas localizados en cuatro ecoregiones: Andes (valle y altiplano), Chaco, Oriente y Amazonía. En las otras regiones viven pueblos indígenas con pequeñas poblaciones, varios de ellos incluso bajo serio riesgo de extinción, tal como ocurre con el Tapiete (70 habitantes), el Guarasug’we y el Pukahuara (cada uno con 30). Los pueblos Guaraní (90.000 habitantes), Chiquitano (110.000), y Moxeño (34.500) son los únicos que poseen una población considerable.

 

2. Situación socioeducativa indígena

 

Según el Censo 2001, existe un 13% de analfabetismo entre la población de 15 años y más. El analfabetismo en /el área rural (26%) es más elevado que en el área urbana que alcanzó al 6% (INE 2002: 78). La población indígena, tanto en el área urbana como en la rural, presenta el doble de analfabetismo que la población no indígena, tal como se evidencia en el Cuadro 4.

 

Cuadro 4: Analfabetismo según condición étnica y área de residencia

 

Cifras absolutas

Población

Urbana

Rural

Total

Sabe leer y escribir

No sabe leer ni escribir

Sabe leer y escribir

No sabe leer ni escribir

Sabe leer y escribir

No sabe leer ni escribir

Indígena

1.597.923

148.491

1.001.784

389.584

2.599.707

538.075

Quechua

713.077

77.724

508.403

254.440

1.221.480

332.164

Aimara

700.321

60.988

402.551

111.556

1.102.872

172.544

Guaraní

40.791

2.251

26.803

8.437

67.594

10.688

Chiquitano

73.101

3.650

29.609

5.685

102.710

9.335

Moxeño

31.108

1.553

9.010

1.531

40.118

3.084

Otro indígena

39.525

2.325

25.408

7.935

64.933

10.260

No indígena

1.462.901

61.757

325.349

70.456

1.788.250

132.213

Total

3.060.824

210.248

1.327.133

460.040

4.387.957

670.288

 

Cifras porcentuales

Población 

Urbana

Rural

Total

Sabe leer y escribir

No sabe leer ni escribir

Sabe leer y escribir

No sabe leer ni escribir

Sabe leer y escribir

No sabe leer ni escribir

Indígena

91,50

8,50

72,00

28,00

82,85

17,15

Quechua

90,17

9,83

66,65

33,35

78,62

21,38

Aimara

91,99

8,01

78,30

21,70

86,47

13,53

Guaraní

94,77

5,23

76,06

23,94

86,35

13,65

Chiquitano

95,24

4,76

83,89

16,11

91,67

8,33

Moxeño

95,25

4,75

85,48

14,52

92,86

7,14

Otro indígena

94,44

5,56

76,20

23,80

86,36

13,64

No indígena

95,95

4,05

82,20

17,80

93,12

6,88

Total

93,57

6,43

74,26

25,74

86,75

13,25

 

Fuente: Elaboración propia en base a Recuperación de Datos para Áreas Pequeñas por Microcomputador (REDATAM) del Instituto Nacional de Estadística de Bolivia. Cochabamba, noviembre 2008.

 

Según condición étnica, la población indígena (18%), presenta mayor analfabetismo que los no indígenas (7%). Tanto en el área urbana como en la rural la población indígena cuenta con porcentajes elevados de analfabetismo: 8% frente a 4% de la población no indígena en el área urbana y 28% frente a 18% de la población no indígena en el área rural. La situación no es uniforme tampoco entre la población indígena. El analfabetismo entre los quechuas (21%) es más elevado que entre los aimaras y guaraníes, cada uno con el 13%, los chiquitanos (8%) y moxeños  (7%).

 

Este panorama habría variado significativamente con el Programa de Alfabetización “Yo sí puedo” que el gobierno de Evo Morales implementa, con el apoyo de los gobiernos de Cuba y Venezuela. Hasta el 11.10.08, según el Ministerio de Educación y Culturas, se declararon “Territorios libres de analfabetismo” 241 municipios de un total de 327 (http://www.minedu.gov.bo/minedu/pna/libres.html). Este proyecto, sin embargo no consideró la experiencia que las instituciones y organizaciones educativas del país poseían en este campo. Por lo demás, emplea el castellano como lengua principal de la alfabetización, en desmedro de la política y enfoque intercultural y bilingüe que las organizaciones indígenas y populares exigen y que, además, forma parte de la Ley de Reforma Educativa en actual vigencia y del Proyecto de Nueva Ley de Educación, así como de la Nueva Constitución Política del Estado.[3]

 

La tasa de asistencia escolar alcanzó el 80%, a nivel nacional. Los varones (81%) se encuentran en mejores condiciones que las mujeres (78%). De igual modo, la población urbana presenta un mayor porcentaje de asistencia escolar que la rural. Por otro lado, tanto la población indígena como la no indígena presentan tasas casi similares de asistencia escolar: 80,7 vs. 80,3%. (Molina 2005: 75). Este último dato llama fuertemente la atención pues resulta inconcebible que la población indígena se encuentre en mejores condiciones que la no indígena. En nuestro análisis en el cuadro siguiente, observamos una diferencia de más de 10 puntos porcentuales entre la población indígena (72%), y la no indígena (83%), para la población de 6 a 19 años de edad.

 

La tasa de asistencia escolar en la primaria alcanza el 92%, con una diferencia de 6 puntos, a favor de la población no indígena. El pueblo aimara, con relación a los otros, presenta una mayor asistencia en la primaria, con más del 90%. En la secundaria la asistencia es baja si la comparamos con la de la primaria: 60% vs. 92%. La población indígena presenta una tasa de asistencia a la secundaria considerablemente menor que la no indígena.

 

 

 

 

 

 

Cuadro 5: Tasa de asistencia  escolar según condición étnica y área de residencia

 

 Población

Primaria

(6 a 13 años)

Secundaria

(14 a 19 años)

Total

(6 a 19 años)

Urbana

Rural

Total

Urbana

Rural

Total

Urbana

Rural

Total

Indígena[4] 

91,85

87,22

88,30

53,34

49,65

51,25

69,29

73,67

72,27

Quechua

91,68

85,88

87,19

53,21

42,67

47,16

69,42

70,74

70,33

Aimara

92,08

90,45

90,86

52,81

60,73

57,14

68,04

78,83

75,09

Guaraní

83,65

85,70

85,51

45,70

48,72

47,97

59,57

72,57

70,54

Otro indígena

90,22

75,04

79,06

61,92

48,55

53,13

77,61

65,59

69,13

No indígena

95,51

87,20

93,64

68,95

48,10

65,38

85,44

75,40

83,37

Total

95,04

87,21

91,87

64,93

49,16

59,75

82,48

74,28

79,40

 

Fuente: Elaboración propia en base a Recuperación de Datos para Áreas Pequeñas por Microcomputador (REDATAM) del Instituto Nacional de Estadística de Bolivia. Cochabamba, noviembre 2008.

 

 

El promedio de años de estudio de la población de 19 o más años de edad es de 7,5. En el área urbana, este promedio (9,3) es considerablemente mayor que en el área rural (4,3). Esta cifras ponen de manifiesto la inequidad de acceso y permanencia escolar de los indígenas, con relación a los no indígenas, debido a que en el área rural, donde mayoritariamente vive este sector, existe una oferta incompleta de niveles y grados.

 

En el Cuadro 6, vemos que los no indígenas logran 9 años promedio de escolaridad, mientras que los indígenas llegan sólo a 6,5 años. En el área urbana la diferencia es de dos puntos: 8 años para indígenas frente a 10 años para los no indígenas. En el área rural la situación es parecida: 4 años para los indígenas frente a 5 años para los no indígenas.

 

Cuadro 6: Promedio años de estudio aprobados de la población de 19 años o más según condición étnica y área de residencia

 

 Población

Urbana

Rural

Total

Indígena

8,57

4,03

6,55

Quechua

8,50

3,30

5,90

Aimara

8,30

4,70

6,80

Guaraní

9,30

4,00

7,00

Chiquitano

9,00

4,80

7,70

Moxeño

9,40

5,30

8,40

Otro indígena

9,20

4,30

7,00

No indígena

10,10

5,00

9,10

Total

9,29

4,24

7,48

 

 

El promedio de años de estudio, según pueblos indígenas, es casi similar; ya que existen diferencias poco significativas entre ellos. En orden decreciente, el moxeño presenta 8,4; el chiquitano 7,7; el guaraní 7; el aimara 6,8 y el quechua 5,9 años de años de estudio aprobados. Lo que sí sorprende, a primera vista, es que los pueblos del Chaco, Oriente y la Amazonía se encuentran en una mejor situación que los de la Región Andina, zona en la que la escuela se instituyó mucho más antes y en la que existe una mayor tradición de escolaridad.

 

El 12% de la población boliviana no accede a ningún ciclo y grado de la educación formal, con diferencias marcadas entre indígena y no indígena (15% vs. 6%). Los pueblos quechua y aimara presentan porcentajes elevados de personas que no han cursado ningún nivel educativo: 19 y 13%, respectivamente. Le siguen el guaraní (12%), el chiquitano ( 7%) y el moxeño (6%).

 

Cuadro 7: Nivel de escolaridad alcanzada por la población de 15 o más años de edad

 

            Cifras absolutas

Población

Ninguno

Primaria

Secundaria

Superior

Total[5]

Indígena

478.277

1.455.859

801.734

360.165

3.096.035

Quechua

290.512

740.567

315.037

186.824

1.532.940

Aimara

158.801

572.192

391.326

135.058

1.257.377

Guaraní

9.132

37.561

20.575

10.261

77.529

Chiquitano

8.190

52.812

38.378

12.061

111.441

Moxeño

2.598

17.476

16.231

6.398

42.703

Otro indígena

9.044

35.251

20.187

9.563

74.045

No indígena

115.785

700.557

676.405

400.031

1.892.778

Total

594.062

2.156.416

1.478.139

760.196

4.988.813

           

Cifras porcentuales

Población

Ninguno

Primaria

Secundaria

Superior

Total

Indígena

15,45

47,02

25,90

11,63

100,00

Quechua

18,95

48,31

20,55

12,19

100,00

Aimara

12,63

45,51

31,12

10,74

100,00

Guaraní

11,78

48,45

26,54

13,24

100,00

Chiquitano

7,35

47,39

34,44

10,82

100,00

Moxeño

6,08

40,92

38,01

14,98

100,00

Otro indígena

12,21

47,61

27,26

12,92

100,00

No indígena

6,12

37,01

35,74

21,13

100,00

Total

11,91

43,23

29,63

15,24

100,00

 

Fuente: Elaboración propia en base a Recuperación de Datos para Áreas Pequeñas por Microcomputador (REDATAM) del Instituto Nacional de Estadística de Bolivia. Cochabamba, noviembre 2008.

 

A nivel nacional, el 30% de la población accede al nivel secundario, nuevamente con diferencias a favor de los no indígenas (36% vs 26%). La población moxeña tiene mayor población (38%) en el nivel secundario que la chiquitana (34%), aimara (31%), guaraní (27%) y quechua (21%).

 

El 15% de la población nacional accede al nivel superior. Sólo 12% de población indígena llega a este nivel, frente a 21% de los no indígenas. Los moxeños, con el 15%, logran mayor acceso a la educación superior; seguidos por los guaraníes (13%), quechuas (12%) y chiquitanos y aimaras, ambos con 11%.

 

El proceso irreversible de urbanización de la población indígena, en gran medida, influye para que algunos estudiantes indígenas accedan al nivel de la educación superior y a las diversas modalidades que ella ofrece para, de esa manera, lograr algún tipo de profesionalización. Sin embargo, de acuerdo a López y otros (2007), “…tal incorporación  no siempre supone visibilidad o reconocimiento ni menos aún la toma de conciencia de estas instituciones sobre la necesidad de atenderlos de manera diferenciada o con pertinencia cultural. Más bien, en la mayoría de los casos, los indígenas deben ocultar su condición de tales para poder ser considerados como estudiantes regulares de la universidad en la cual se inscriben”.

 

De las 219.361 personas que concluyeron la educación superior en Bolivia, el 53% lo constituye la población no indígena y el 47% la población indígena. Pero, si relacionamos estas cifras con la población total, tenemos que un 3% de la población indígena concluye la educación superior, frente a un 6% de la población no indígena.

 

Cuadro 8: Población que concluyó estudios superiores

 

 Población

Universitaria

No universitaria

Total

Licenciatura

Técnico

Militar o policial

Normal

Técnico de instituto

Otro

Indígena

46.157

15.436

2.175

27.263

9.335

2.899

103.265

  Quechua

26.604

7.893

1.189

15.007

4.725

1.614

57.032

  Aimara

14.344

5.845

800

10.339

3.470

1.017

35.815

  Guaraní

1.523

464

60

507

263

61

2.878

  Chiquitano

1.341

545

37

601

430

59

3.013

  Moxeño

824

295

47

355

208

55

1.784

  Otro indígena

1.521

394

42

454

239

93

2.743

No indígena

66.371

16.712

1.883

17.142

10.645

3.343

116.096

Total

112.528

32.148

4.058

44.405

19.980

6.242

219.361

 

Fuente: Elaboración propia en base a Recuperación de Datos para Áreas Pequeñas por Microcomputador (REDATAM) del Instituto Nacional de Estadística de Bolivia. Cochabamba, noviembre 2008.

 

El 45% de indígenas concluyó con una licenciatura[6], frente a un 57% de la población no indígena; a nivel técnico universitario la población indígena y no indígena presentan porcentajes similares de 14%; mientras que las carreras no universitarias, relacionadas con el ejército y la policía, la población indígena, con un 2,1%, supera a la población no indígena que alcanza al 1,6%. Lo que sí se destaca es la carrera docente, pues un 26% de indígenas concluyeron la educación superior en una escuela normal[7]. En contraste, sólo 15% de la población no indígena logró profesionalizarse en una escuela normal.[8]

 

Es evidente que los indígenas, con relación a los no indígenas, son los que presentan menores tasas de acceso y culminación en la educación superior, en general, y en la universitaria, en particular. Esta situación no debería sorprendernos porque la universidad, por ejemplo, desde sus orígenes fue diseñada por y para no indígenas; es decir, para criollos y mestizos que siempre ocuparon y aún ocupan de manera exclusiva las diversas instancias del poder formal, tanto en el Estado como en la sociedad civil. Por ello, los conocimientos que se transmiten y se desarrollan corresponden a este sector social que, mediante procesos de hegemonía cultural, pretendió la homogenización, en correspondencia con el modelo de Estado-nación liberal que privilegia lo mono y único frente a lo pluri y diverso: una nación, una cultura, una lengua, una religión, etc.

 

Las causas de la baja accesibilidad y culminación de la población indígena en la educación superior son de diversa índole; entre las que destacan: el bajo nivel de formación recibido en la secundaria que impide aprobar las pruebas de admisión y la carencia e insuficiencia de recursos económicos para solventar los elevados aranceles y la manutención. Pero, también está el hecho de que la educación superior, en general, y la universitaria, en particular, no responden a las demandas y expectativas de los pueblos indígenas.

 

El acceso a la educación superior, prácticamente, se está solucionado mediante becas, ingreso libre, cupos por organizaciones, acceso vía canales regulares y otras varias formas que el movimiento indígena, en coordinación con organizaciones e instituciones, se ha ido ingeniando estos últimos años para perforar las normas que impiden y/o dificultan su ingreso a la universidad. En la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) de Cochabamba, por ejemplo, entre 2004 y 2008 lograron ingresar a las diversas carreras más de 6.000 estudiantes de origen indígena y popular mediante el Programa de Admisión Extraordinaria (PAE)[9]. En términos porcentuales, esto equivale a más del 12% de la población estudiantil.

 

El PAE contempla el ingreso directo[10], seguro de salud, matrícula y comedor universitario gratuitos durante el primer año de estudios. Pero el acceso y la beca no  se topan con la discriminación realizada por algunos docentes y estudiantes criollo-mestizos; pues, les denominan despectivamente como “los colaleros, las federaciones, los indígenas, los campesinos, los paes, los masistas, etc”. También algunos señalan, sin prueba alguna, de que por culpa de ellos estaría bajando la calidad educativa de la universidad. Acceder y permanecer en una universidad donde se trata de esa manera a estudiantes de origen indígena es insoportable.

 

3. Construcción de la demanda indígena de una educación superior

 

Nos remontamos a 1895 más o menos, donde ya se planteaba una educación para el pueblo aimara. En ese momento, se planteó una educación clandestina, en 1905 se dio por primera vez el proceso de educación itinerante, luego en 1931 nace la escuela ayllu indigenal de Warisata que Avelino Siñani, conjuntamente con Elizardo Pérez, logran consolidar, y en 1955 el pueblo aimara es protagonista al conseguir se instituya el Código de la Educación Boliviana, que luego se convirtió en un boomerang para nosotros. Walter Gutiérrez, 2003. (Citado en López 2005: 57)

 

Desde la independencia en 1825, salvo escasas excepciones, la educación fue considerada por las élites dominantes como un instrumento ideológico para el sometimiento y la homogenización lingüístico-cultural de la población indígena, pese a ser éste un país preponderantemente indígena y de habla originaria. La escuela fue utilizada para cristianizar, occidentalizar y castellanizar a las mayorías indígenas; incluso, para intentar borrar sus condiciones y características étnicas diferenciadas (López 2005: 58).

 

La demanda de una educación propia que considere y respete la matriz sociocultural, como parte de un conjunto de reivindicaciones de los pueblos indígenas, está ligada a la lucha por la tierra y el reconocimiento ciudadano. Tanto la experiencia de las escuelas indigenales como la Escuela-Ayllu de Warisata, desarrolladas desde finales del S. XIX hasta las primeras décadas del XX, muestran a la educación propia como una estrategia de resistencia indígena a la expoliación de la tierra-territorio y de lucha por la ciudadanía (Machaca 2007: 8).

 

El Código de la Educación Boliviana (1955) bajo postulados del nacionalismo revolucionario, en gran medida propició la masificación de la educación primaria en el país y benefició a la población indígena, aunque bajo principios de homogenización sociocultural orientados a la conformación de un Estado-nación mestizo y moderno. A nivel de política lingüística, proscribió que la educación debía desarrollarse en lengua castellana.

 

En el contexto de implementación de estas políticas, y pese al marco legal adverso, el movimiento indígena en Bolivia, con el apoyo de instituciones y organizaciones nacionales e internacionales, inició el proceso de construcción y validación de sus propuestas educativas propias que, en contraste con las del Estado,  considera como potencialidad las peculiaridades culturales, étnicas y lingüísticas de la población boliviana. El Proyecto de Educación Intercultural Bilingüe (PEIB) que se implementó en las regiones socioculturales quechua, aimara y guaraní entre 1988 y 1994, cubrió 6 departamentos, 25 núcleos escolares, 130 unidades educativas, 396 maestros y 8.647 estudiantes (López 2005: 134). Este proyecto logró demostrar que la educación, orientada más allá de la lecto escritura y de las operaciones matemáticas básicas de corte occidental, puede contribuir también al desarrollo de las diversas culturas y lenguas indígenas que aún perviven. La educación intercultural bilingüe y su correlato de participación social en la educación, entre otros aspectos, fueron validados en el marco de este proyecto y, posteriormente, incorporados como políticas educativas en la Ley 1565 de la Reforma Educativa de 1994 (Ibid.).

 

En la ejecución de este proyecto surge, de manera explícita, el debate acerca de la importancia de la educación superior para los pueblos indígenas. El tema de la educación superior, desde el inicio del debate, estuvo primero ligado a la formación docente; es decir, a la preparación de los recursos humanos necesarios para la implementación de las políticas educativas con enfoque intercultural, bilingüe y de participación social.

 

La búsqueda de una educación de calidad comienza a partir de los años 80 con mayor fuerza. Fue la preocupación de nuestras principales organizaciones nacionales como la CSUTCB y la CIDOB, a ellas también se incorpora el magisterio rural. Estas plantean, entonces, todo un proceso de cambio de nuestro sistema educativo que, de una u otra forma, de manera implícita, se refiere a educación superior. Con mayor puntualidad este asunto de educación superior se comienza a tratar a partir de los años 90, en el marco de la experiencia del proyecto de educación intercultural bilingüe que ha sido el paso inicial para que la EIB  entre al sistema educativo. Entonces la preocupación ha sido en sentido de que si el nivel primario va a cambiar, tiene que afectar obviamente al nivel secundario y, en consecuencia, al nivel superior. Pero el planteamiento más concreto de la educación superior nace justamente en esta década; es decir, es a partir del 2000, 2001 y 2002 que el planteamiento de una educación superior, desde la visión de los pueblos indígenas, va adquiriendo mayor poder. Pedro Apala, Técnico del Comité Nacional de Coordinación de los  CEPOS. Cochabamba, 10.2008.

 

Con la Ley 1565 nos damos cuenta de que la educación, a parte de ser una responsabilidad del Estado, es fiscal y gratuita pero sólo hasta la primaria. A partir de esos años en la Asamblea del Pueblo Guaraní, […] nos damos cuenta que la educación debe ser atendida también en el nivel superior, nos damos cuenta que estamos necesitando profesionales especializados, que la educación superior esté también acorde con nuestras necesidades, que estén los elementos culturales guaraníes insertos en esa currícula. Entonces, de ahí empezamos a trabajar, nos damos cuenta que debemos también preocuparnos por la educación superior y que los profesionales respondan a los elementos culturales nuestros. Amancio Vaca, Directivo del Consejo Educativo del Pueblo Originario Guaraní. Cochabamba, 10.2008.

 

Desde el momento de haber iniciado la discusión del bachillerato pedagógico, vimos la necesidad de tocar la educación superior. Eso ocurrió más  menos en el año 2000, cuando ya estaba en proceso el tema del bachillerato pedagógico que era, para nosotros, una necesidad para las zonas desconcentradas. Ahí vimos la importancia de la formación de los profesores y ahora nosotros carecemos de un centro de formación y educación superior, esa es una debilidad muy grande que tenemos. Alejandro Alegre, Presidente del Consejo Educativo del Pueblo Originario Chiquitano. Cochabamba, 10.2008.

 

En el proceso de diseño e implementación del PEIB se constató que la nueva propuesta educativa requería, también, de nuevos recursos humanos, en todos los niveles, porque los que había formado el Estado, mediante las escuelas normales, poseían insuficientes capacidades en lo relativo al enfoque del bilingüismo, la interculturalidad y la participación social. Es así que, entre 1988 y 1993, fueron a estudiar a la Universidad Nacional del Altiplano de Puno, Perú, en calidad de becarios, 75 profesionales bolivianos, uno a nivel de maestría (cuatro semestres) y 74 en el ámbito de segunda especialización profesional (dos semestres). De los 75 profesionales, 40 fueron quechuas, 21 aimaras, 11 guaraníes y 3 de tierras bajas del oriente. Las becas fueron proporcionadas por UNICEF – Bolivia, la Asesoría de la Cooperación Técnica Alemana (GTZ) en Puno y el Ministerio de Educación de Bolivia.

 

Los becarios se especializaron, a nivel de postgrado, en Lingüística Andina y Educación y abordaron temas relacionados con la lingüística, la sociolingüística, las bases y fundamentos de la EIB, la enseñanza de la lengua materna y del castellano como segunda lengua y la elaboración de materiales educativos. La mayoría de los egresados de Puno asumieron cargos relevantes a nivel directivo y operativo en el PEIB y, una vez que se implementó la Ley 1565 de Reforma Educativa, se constituyeron en un colectivo de profesionales cualificados que contribuyeron, y aún hoy contribuyen, en el proceso de concreción de la educación intercultural bilingüe (López 2005: 159).

 

En la región guaraní, tal como se menciona en los testimonios, la Reforma Educativa de 1994 propició la discusión y la toma de postura con relación a la educación superior, dado que dicha Ley, de manera explícita en el punto 2 del Artículo 1º señala que la educación boliviana “Es universal, gratuita en todos los establecimientos fiscales y obligatoria en el primario…”, en cumplimiento de lo que la Constitución de entonces establecía  (MINEDU 1994: 3). Fue precisamente la obligatoriedad sólo para el nivel primario la que motivó que los planteamientos educativos del movimiento indígena trascendieran este nivel, ya que la población indígena incluso había logrado ingresar y egresar del nivel secundario y, por eso, era importante que la educación superior indígena fuera también asumida por el Estado.

 

El Instituto Normal Superior Pluriétnico para el Oriente y el Chaco (INSPOC), con sede en la ciudad de Camiri  del Departamento de  Santa Cruz y creado en 1995 como parte del Programa Guaraní de Formación Docente, tuvo la misión de formar maestros guaraníes para la EIB (Arispe 2006: 97).La formación docente constituyó la punta de lanza de la incursión guaraní en la educación superior, para que sus formandos valoren y desarrollen, también, los componentes culturales propios.  

 

En la región chiquitana, por su parte, la educación superior adquirió relevancia cuando se ejecutó el Proyecto de Bachillerato Pedagógico, llevado a cabo durante la aplicación de la Ley 1565 de Reforma Educativa. Como menciona su directivo, se trataba que la educación secundaria forme bachilleres con formación pedagógica para que asuman los roles de docentes en las zonas y comunidades que, por encontrarse muy alejadas de los centros poblados, tienen carencia de maestros.

 

Entre el 2000 y el 2004 egresaron de este proyecto 130 personas, una mayoría de ellas trabajan actualmente como maestros; y los otros optaron por continuar sus estudios superiores en la universidad. Estos bachilleres pedagógicos se formaron en el Colegio Miguel Castedo, del pueblo de Concepción, y desde el punto de vista de los dirigentes, recibieron formación profesional bajo los principios de la EIB (Alejandro Alegre, comunicación personal).

 

En el 2006, se convocó al Congreso Nacional de Educación, para evaluar la aplicación de Ley 1565 y definir estrategias para los años siguientes. En las actividades  previas, congresos departamentales y talleres temáticos, surgió un ente que aglutinó, como nunca antes, a todas las organizaciones indígenas matrices del Altiplano, los valles, el Oriente, el Chaco y la Amazonía: el Bloque Educativo Indígena, conformado por el Consejo Nacional de Marcas y Ayllus del Qollasuyu (CONAMAQ), la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), la Confederación Indígena del Oriente Boliviano (CIDOB), la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG), la Confederación Sindical de Colonizadores de Bolivia (CSCB), la Federación Nacional de Mujeres Campesinas de Bolivia “Bartolina Sisa” (FNMCB – BS) y  los Consejos Educativos de Pueblos Originarios (CEPOs).

 

Esta macro organización educativa indígena, de forma participativa y monitoreada por los Consejos Educativos de Pueblos Originarios (CEPOs), elaboró, presentó y defendió en todos los eventos previos y en el mismo congreso nacional, una propuesta denominada “Por una educación indígena originaria. Hacia la autodeterminación ideológica, política, territorial y sociocultural”. Demandaron la construcción de un Estado plurinacional, pluricultural y plurilingüe; el fortalecimiento de la EIB y su implementación en todos los ámbitos y modalidades de la educación por ser un instrumento de liberación que contribuye a la construcción de un Estado y una sociedad incluyentes, equitativos, democráticos y con justicia socio económica; así como a la consolidación de las instancias de participación social, con poder de decisión, en la gestión educativa (Machaca 2006: 20, 21).

 

Esta propuesta, en el plano de la educación superior, señala “…que la formación docente debe ser a partir de nuestra realidad, basada en nuestros conocimientos y saberes, bajo un currículum que surja de las necesidades económicas, sociales y territoriales de las naciones indígenas originarias con la participación de los sabios, ancianos, mburuvichas, capitanes, mallkus de las comunidades”; y todo el sistema de formación docente debe implementar la EIB. A nivel de la educación universitaria, se indica que “todo el sistema universitario debe incorporar en el currículo el enfoque de la EIB desde la cosmovisión y sabiduría de las naciones indígenas, sin dejar de lado los conocimientos universales”. Aparece también un planteamiento nuevo: la creación de universidades indígenas originaras que formen recursos humanos desarrollando procesos de investigación y construcción de conocimientos sobre la base de los saberes y conocimientos indígenas, su cosmovisión y gestión territorial. Estos centros debían implementarse con financiamiento del Tesoro General de la Nación (BEI 2004: 58 al 63). 

 

La propuesta del Bloque Educativo Indígena se basa en los avances logrados en el ámbito de la formación docente. Transformar e interculturalizar la educación universitaria, y la creación de universidades propias son los nuevos postulados. Así lo confirma un directivo de los CEPOs: “Evidentemente,  en el libro verde[11] ya se hacen los primeros planteamientos para la transformación de la educación superior y es, a partir de eso, que ya se viene trabajando con  mayor profundidad”  (Pedro Apala, Técnico CNC – CEPOS. Cochabamba, 10.2008).

 

En julio 2006, se realizó el Congreso Nacional de Educación con más de 500 delegados que discutieron el Anteproyecto de Nueva Ley de Educación “Avelino Siñani y Elizardo Pérez”, elaborado por la Comisión Nacional de la Nueva Ley de la Educación Boliviana conformada por representantes de 22 organizaciones e instituciones nacionales (Machaca 2007: 26 y 27). Esta nueva ley, en sus fines y objetivos destaca que la educación es descolonizadora, comunitaria, laica, intracultural, intercultural, plurilingüe, productiva y territorial, científica, técnica y tecnológica. Es, además, fiscal y gratuita en todo el sistema educativo y obligatoria en los diferentes niveles y modalidades del subsistema de educación regular, con igualdad de oportunidades sin discriminación social, cultural, lingüística y económica. La educación superior contempla la formación técnica y artística, la formación de maestros, la formación militar y policial y la formación superior universitaria. Un aspecto que se remarca es el de las Universidades Comunitarias Pluriculturales que, en el mismo nivel de las universidades públicas y privadas, deben responder a la realidad cultural, lingüística y  a los requerimientos de las naciones indígenas originarias (CNNLEB 2006: 15 y 26).

 

La Nueva Constitución Política del Estado (2009), en sus sus bases fundamentales, define a Bolivia como Estado unitario social de derecho plurinacional comunitario, libre, democrático, intercultural, descentralizado y con autonomías. Los idiomas oficiales del Estado son el castellano y todos los idiomas de las naciones y pueblos indígenas originarios campesinos.  Se señala que la educación constituye una función suprema y primera responsabilidad financiera del Estado; que es unitaria, pública, universal, democrática, participativa, comunitaria, descolonizadora y de calidad; es intracultural, intercultural y plurilingüe en todo el sistema educativo; la educación es obligatoria hasta el bachillerato; la educación fiscal es gratuita en todos sus niveles hasta el superior; se reconoce la participación social y comunitaria en el sistema educativo. La educación superior está conformada por las universidades, las escuelas superiores de formación docente y los institutos técnicos, tecnológicos y artísticos; las universidades públicas establecerán los mecanismos de participación social de carácter consultivo; y el Estado, en coordinación con las universidades públicas, promoverá en áreas rurales la creación y el funcionamiento de universidades e institutos comunitarios pluriculturales (Ibid.). Como se puede apreciar, los principales postulados educativos del movimiento indígena son recogidos y profundizados en la Nueva Constitución Política del Estado. En este nuevo marco legal, la educación superior, universitaria y no universitaria, se transforma a partir de los principios de intraculturalidad, interculturalidad y plurilingüismo; y, la educación superior debe incorporar a su sistema de gestión el componente de la participación social y comunitaria, en un nivel consultivo. 

 

A nivel jurídico, se observa un avance notable ya que las propuestas educativas indígenas son políticas constitucionales. Pero, desafortunadamente, se constata también que la lucha política y jurídica distrajo al movimiento indígena, y en particular a los CEPOs, de la aplicación comunitaria y escolar de la EIB y la participación social. Muchas de las escuelas han dejado de aplicar la EIB en los diferentes contextos sociolingüísticos.

 

Las universidades indígenas son contempladas en la Nueva Constitución, con el denominativo de “universidades comunitarias pluriculturales”. En eso ha debido basarse el Presidente de Bolivia para, mediante Decreto Supremo Nº 29664 en agosto del presente año, crear tres universidades indígenas: una en Warisata (Dpto. de La Paz), para el pueblo aimara; otra en Kuruyuki (Dpto. de Chuquisaca), para el pueblo guaraní; y la tercera, en Chimoré (Dpto. de Cochabamba), para el pueblo quechua, bajo la  denominación de Universidad Indígena de Bolivia (UNIBOL). Esta red de universidades indígenas será financiada con recursos provenientes del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (El Deber, 03.10.2008).

 

Como era de esperarse, esta decisión causó reacciones en todos los sectores, pero principalmente en autoridades de las universidades públicas y del Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana (CEUB) porque, según ellos, se estaría violando la autonomía universitaria; yendo contra las leyes vigentes, pues las universidades se crean mediante ley y no por decreto supremo; además de lo cual se crea un sistema universitario paralelo al existente (Ibid.).  

 

Estas universidades, por otro lado, si bien son un adelanto de las nuevas leyes que regirán al país, se han creado sin consultar, ni informar, a los principales actores que, durante los últimos años, han impulsando ésta y otras propuestas educativas. Así lo manifestaron, al respecto, algunos dirigentes del movimiento indígena que trabajan en el ámbito de la educación:

 

No coordinaron con los CEPOs. El lanzamiento del Decreto Supremo para la creación de las tres universidades es una medida más de tipo político y no obedece a necesidades y criterios técnicos. De tal manera que, recientemente, nosotros como […] Bloque Educativo Indígena hemos solicitado al Ministerio ser parte y ver este asunto del proyecto, pero tenemos la información de que son otras las personas quienes están trabajando la concreción de las universidades indígenas creadas. (Pedro Apala, Técnico del Comité Nacional de Coordinación de los CEPOS. Cochabamba, 10.2008)

 

El gobierno no coordinó con nosotros. En realidad eso es lo que extraña a los pueblos indígenas, porque de la noche a la mañana sale un decreto y resulta que no se conoce ni siquiera el objetivo; es decir, qué tipo de profesionales se necesita, cómo queremos ver al hermano indígena de aquí a cinco años. O sea, no hay una visión teórica ni práctica. Por otra parte, lo que hace el gobierno es dictar decretos supremos sin conocer las zonas geográficas de cada uno de los pueblos y por eso hace un desfase político, económico y profesional. No tiene sentido lanzar un decreto directamente sin contar con una malla curricular que responda a esa universidad indígena. No sabemos si eso va a responder al contexto social de cada una de esas culturas. No se respeta las tierras comunitarias, no se les consulta y es ahí donde ya nos entra un miedo porque va a haber rechazo en las universidades públicas y otro rechazo en las universidades privadas. Ellos van a mencionar de que ya tenemos nuestras propias universidades indígenas y nos dirán fórmense como indígenas nomás. (Pedro Moye, Presidente del Consejo Educativo Amazónico Multiétnico. Cochabamba, 10.2008)

 

Es una preocupación. Yo me pregunto quiénes son los que cooperan o asesoran directamente al hermano Evo y debo decir, así con claridad, que no hubo consulta y el decreto de creación de universidades indígenas aparece de la noche a la mañana. Además,  considerando que nosotros conocemos, por ejemplo, Warisata y la gente de ahí nunca ha querido una educación como nosotros planteamos. Siempre están en oposición y resulta, ahora, como si estuvieran dando un premio más. Si un poco vemos territorialmente y [también] el área  lingüística, podría haberse elegido una zona céntrica donde sea fácil de aglutinar las fuerzas, inclusive a los estudiantes. (Félix López, Presidente del Consejo Educativo Aimara. Cochabamba, 10.2008)

 

Los dirigentes manifiestan su desacuerdo con la forma cómo el gobierno ha creado las universidades indígenas. Esta medida política carece de respaldo técnico y, probablemente, resultó prematura por la ausencia de respaldo legal, en las leyes aún vigentes Hubiera sido más impactante si la creación hubiera contemplado su funcionamiento inmediato. Estas universidades han sido creadas pero no pueden aún funcionar.

 

Tampoco parece atinado que la universidad para el pueblo quechua esté localizada en el Municipio de Chimoré, de la zona del Chapare, porque ese territorio pertenece a dos pueblos indígenas de tierras bajas, yuracarés y yuquis que fueron arrinconados por colonos andinos, impulsados por la producción de la coca desde principios de la década de 1980. Sería un error histórico que el gobierno consolide esta universidad, ya que los yuracarés y yuquis se encuentran en un proceso de revalorización étnico-cultural que implica también la recuperación del territorio que ocupan.

 

Por otra parte,  no es sostenible financiar  las universidades indígenas con recursos del impuesto a los hidrocarburos. Los recursos financieros deberían provenir del mismo presupuesto que solventa a las universidades públicas porque las universidades indígenas también tendrían que tener el estatuto de públicas.

 

Con la creación de las universidades indígenas, se estaría renunciando, o dejando en segundo plano, la apremiante tarea de transformar e interculturalizar todas las universidades públicas, en función a lo establecido por la Nueva Constitución Política del Estado. El movimiento indígena, mediante su Bloque Educativo, más allá de su desacuerdo con la manera cómo se crearon estas universidades y las observaciones específicas que hacen a esta medida, tiene ahora que involucrarse en la viabilización social y técnica de estas instituciones, en el marco de sus demandas y expectativas, pero sin olvidar la transformación de las universidades públicas.

 

4. Expectativas acerca de la educación superior

 

Concluimos analizando las expectativas indígenas frente a la educación superior.

 

A la universidad [le pedimos que] se convierta en intercultural bilingüe porque hoy en día, como estamos viendo, se mantienen estos principios en las nuevas leyes del país y se tienen que seguir desarrollando. Las autoridades de esta casa superior […] piensan  que con el PAE ya están haciendo la interculturalidad. Para nosotros no es eso, es simplemente una demanda principal de entrar ahí [a la universidad]. Por eso es que en la Asamblea Constituyente los pueblos  indígenas originarios, a través de los consejos educativos, hemos planteado también la participación social activa en las universidades para, desde ahí, abrir espacios más adecuados y más pertinentes para las comunidades indígenas originarias. (Florencio Alarcón,  ExPresidente del Consejo Educativo de la Nación Quechua. Cochabamba, octubre de 2008)

 

Yo creo que si bien allá [en Camiri] tenemos una universidad que esta formando técnicos superiores, también hay un instituto que está preparando a jóvenes y señoritas, pero la gran dificultad es que a veces existe el racismo y la discriminación. Eso hace que también muy pocos accedan a esos institutos. (Celso Padilla, Presidente del Consejo Educativo del Pueblo Originario Guaraní. Cochabamba, octubre de 2008)

 

Lo que estamos pidiendo es que la universidad pública tome en cuenta nuestros saberes y conocimientos en todas las carreras; es decir, [una] transformación de la malla curricular. [También] criticamos a las universidades que sacan profesionales y después éstos no saben qué hacer. Lo que queremos es que salgan profesionales haciendo las cosas, desarrollando, estando con la sociedad y con la comunidad, [con] un nivel académico superior. Por lo tanto, ya no podemos tener profesionales mediocres que, al final, lo que hacen es destrozar a los movimientos indígenas; es más, promover el mestizaje. Eso ya debe terminar. (Pedro Moye, Presidente del Consejo Educativo Amazónico Multiétnico. Cochabamba, octubre de 2008)

 

Nosotros queremos implementar en todas las carreras, de una manera transversal, la interculturalidad, la intraculturalidad y el plurilinguismo porque […] ya hemos iniciado ese trabajo en las normales y [ahora] lo estamos incluyendo como políticas públicas. (Francisco Urachienta, Presidente del Consejo Educativo del Pueblo Indígena Guarayo. Cochabamba, octubre de 2008)

 

Al Instituto Técnico, dependiente de la Universidad Gabriel René Moreno, también le exigimos que tiene que trabajar e incorporar en la parte curricular los elementos y los valores culturales de los pueblos indígenas. Eso se trabajará en función a un convenio que tengamos que hacer con la universidad. (Amancio Vaca, Directivo del Consejo Educativo del Pueblo Originario Guaraní. Cochabamba, octubre de 2008)

 

Estos testimonios son categóricos y se orientan a que la educación superior, en general, y la universitaria, en particular, asuman el enfoque intercultural bilingüe y la participación social. Dan por superada la demanda por el acceso y focalizan la transformación e interculturalización de las universidades, particularmente incorporando en las mallas curriculares saberes y conocimientos indígenas. También buscan que los egresados desarrollen competencias necesarias para contribuir al mejoramiento de la comunidad y apoyen, también, a los movimientos sociales e indígenas en su lucha contra el racismo y la discriminación y en la construcción de una sociedad y un Estado que promuevan la justicia socioeconómica.

 

Desde la perspectiva indígena, ya no es aceptable que en pleno s. XXI la universidad siga rigiéndose por la hegemonía del conocimiento occidental, en desmedro de los conocimientos y saberes indígenas. Lo universal, para ser tal, debe contemplar tanto el conocimiento occidental como el indígena, en igualdad de condiciones y oportunidades.

 

La interculturalidad, en el ámbito de la educación universitaria, debe ser concebida como la incorporación crítica y consensuada de los conocimientos y saberes indígenas en el currículo, el uso de las lenguas indígenas en los procesos de enseñanza y de aprendizaje, así como también el compartir espacios de poder entre indígenas y no indígenas, en las diferentes instancias de toma de decisiones en la vida y dinámica universitaria.

 

La interculturalidad así entendida desencadenará procesos de deconstrucción y reconstrucción del conocimiento y del currículo y planes de estudio. La inclusión de las lenguas y de los conocimientos indígenas requiere también de la incorporación de las diversas formas de enseñanza y de aprendizaje indígenas, del replanteamiento de los ámbitos educativos y considerar, también, a los sabios y líderes indígenas como personas capaces de enseñar, desde su matriz cultural propia, tanto a indígenas como a no indígenas en el interior de las universidades.

 

Finalmente, la situación educativa en Bolivia se caracteriza aún por la relación inequitativa que favorece a la población no indígena. Los indígenas, aunque en proporciones menores y usando diversas estrategias, han lograron acceder a la educación superior y, por eso, su demanda principal está centrada ahora en la transformación de la educación terciaria, para que responda a su proyecto político, económico y social que, tal como ya se ha aprobado en la Nueva Constitución Política del Estado, se concretará en un Estado Plurinacional. El Estado plurinacional y su correlato insoslayable de ciudadanía intercultural son propuestas descolonizadoras porque interpelan el modelo de Estado-nación y a su correspondiente ciudadanía única que históricamente invisibilizó y excluyó a la población indígena. Ambas propuestas, no deben ser concebidas como un fin en sí mismo, sino como un medio para construir una sociedad con verdadera justicia socioeconómica para todos.

 

 

Referencias

 

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—- 2007. La participación social en la educación en Bolivia en el contexto de la implementación de la EIB. Estudio de caso en las Comunidades de Itanambikua y Tomoroco. Cuaderno de Investigación No 6. Cochabamba: PROEIB ANDES.

 

Machaca, G. y L.E. López. 2007. El fortalecimiento de liderazgos indígenas para la gestión de la educación intercultural bilingüe en Bolivia. Sistematización de una experiencia en desarrollo. Lima: Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú y PROEIB ANDES. 

 

Ministerio de Educación y Cultura (MINEDU). 1994. Ley de Reforma Educativa promulgada el 7 de Julio del 1994. H. Parlamento Nacional. La Paz: Gaceta Oficial.

 

Ministerio de Educación. 2004. La Educación en Bolivia. Indicadores, cifras y resultados. La Paz: UNICOM.

 

Molina, R..2005. Los pueblos indígenas de Bolivia. Diagnóstico sociodemográfico a partir del censo del 2001. Santiago de Chile: CEPAL y BID.

 

http://www.minedu.gov.bo/minedu/pna/libres.html (Consulta: 27 de octubre de 2008).

 

 


[1] Pedagogo y magíster en educación intercultural bilingüe. Investigador de la Fundación para la Educación en Contextos de Multilingüismo y Pluriculturalidad (FUNPROEIB  Andes); docente de la Carrera de Trabajo Social de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) de Cochabamba, Bolivia; y coordinador del Programa de Fortalecimiento de Liderazgos Indígenas que se desarrolla en el PROEIB  Andes de la misma universidad. Rodrigo Sol y Yuri Quiñones, ambos estudiantes de la Carrera de Informática de la UMSS, colaboraron con el procesamiento estadístico de los cuadros que tiene el presente documento.

[2] Una limitación del censo del 2001 es que permite obtener datos solamente para los 5 pueblos indígenas que se muestran en este cuadro. En la categoría de “otro indígena” se subsumen 31 pueblos indígenas.

[3] Nota del editor. No se cuenta con evidencia empírica de que éste sea el caso, ni tampoco con evaluaciones académicas del Programa de Alfabetización “Yo sí puedo”, con el cual se habría logrado tal resultado (cf. los estudios en López y Hanemann 2009).

[4] Los pueblos chiquitano y moxeño, que se encuentran explicitados en los otros cuadros, están subsumidos en la categoría “otro indígena”.

[5] El total de este cuadro no es igual al total de la población de 15 años y más porque una cantidad considerable de personas se encuentran en la categoría “no sabe y/o no responde”.

[6] En Bolivia funcionan 11 universidades públicas y 39 universidades privadas. En cada una de las capitales de departamento, funciona al menos una universidad pública (MINEDU: 2004).

[7] Hasta el 2004, funcionaban en el país 19 Institutos Normales Superiores públicos; de éstos, 6 estaban ubicados en las capitales de departamento y 13 en centros poblados intermedios o rurales (Barrera: 2007).

[8] Nota del editor. En Bolivia la Escuela Normal o el Instituto Normal Superior, como se lo denomina oficialmente desde 1994, es una institución de educación superior no-universitaria, y por ende recibe a estudiantes que han concluido sus estudios secundarios y cuentan con el título de bachillerato.

[9] Los costos de dicho programa son cubiertos con recursos públicos por el Gobierno Departamental de Cochabamba, a través de. una partida presupuestaria creada el 2003, por presión de las organizaciones populares e indígenas.

[10] Se ingresa a la UMSS, y a otras universidades públicas, mediante examen de ingreso o siguiendo un curso propedéutico.

[11] Muchos dirigentes y líderes indígenas del país conocen el documento del Bloque Educativo Indígena con el denominativo de “Libro verde” en alusión al color de su portada, así como porque en años anteriores el gobierno boliviano público los libros blanco y rosado con propuestas educativas gubernamentales.

16 respuestas to “Interculturalidad y educación superior”

  1. Victor Hugo Mamani Says:

    Comentario
    VHM
    En el pasado los pueblos indígenas han demandado al Estado escuelas para sus comunidades no para revitalizar sus lenguas, menos para fortalecer la cultura local. Por las circunstancias de ese momento la demanda tenia otros matices. En ese entonces, la escuela era para adquirir el castellano tanto a nivel oral como escrito, pues desde el imaginario indígena se entendía que una vez aprendida el castellano iban a parar los atropellos ejercidas por las clases dominantes. Las elites de ese entonces por medio de la escritura habían ejercido el control territorial de las comunidades indígenas, entonces la escritura era un arma para defenderse de esa agresión.
    Ahora el panorama es diferente, en el sentido de que ven a la escuela como una institución que les va a permitir fortalecer su lengua y su cultura sobre todo en el contexto amazonico, donde son varios los pueblos, entre ellos, los tacanas, quienes creen que la escuela les va a devolver la lengua que les ha quitado. Lo que conviene resaltar en ambos casos es que la demanda del tipo de escuela ha nacido desde abajo hacia arriba.
    En lo referente a la participación de la población indígena en la educación universitaria es escasa en comparación con la población no indígena, eso se puede evidenciar en los datos cuantitativos que muestra Machaca. Desde mi percepción eso va a seguir de esa manera siempre y cuando se mantenga en las universidades un curriculum donde se ignore la cosmovisión de los colectivos indígenas pero sobre todo cuando los estudiantes indígenas se dejen absorber por la cultura citadina, es decir, si ellos miran al otro para ser como ellos va a hacer más difícil cambiar las universidades.

  2. flor Says:

    interculturalidad en Mexico

    La Constitución Política de México en su Art. 4º estipula que la nación “tiene una composición pruricultural y plurietnico sustentada originalmente en sus pueblos indígenas” este principio queda únicamente en el plano de reconocimiento, puesto que en la práctica no existe la relación de convivencia, aceptación, y respeto de los derechos individuales y colectivas la cultura occidental se ha convertido en cultura enseñante, mientras en las comunidades se vive la constante despojo de tierras, explotación de sus recursos naturales, siguen siendo subordinados y negados, es mas no somos contemplados en le proyecto del Estado Nación, sino únicamente somos considerados como objetos de derecho público y no como sujeto de derecho público, es decir el primero solo nos utilizan para la atracción del turismo, están exhibidos nuestros instrumentos y otros elementos en los museos, el segundo no se respeta nuestros derecho individuales y colectiva.
    Necesariamente en un primer momento se debe fortalecer la intraculturalidad que significa endoculturacion de las practicas y patrones culturales por la cultura propia para estar en capacidad de mantener el interés, la valoración, apropiación e intercambio de los patrones de culturas ajenas, sin subordinar lo propio, establecer el reconocimiento de igualdad de derechos, tolerancia y respeto hacia lo diferente. entonces la noción de la interculturalidad es dialogo armónico horizontal y en preposiciones de igualdad, de aceptación y de respeto entre culturas dejando de lado el carácter teocéntrico y rechaza la política asimilacioncita.
    Cabe aclarar que las relaciones interculturales no solo se da en entre sujetos: entre indígena y el blanco, sino existe una relación de complementariedad, armonía y dualidad para los pueblos originarios con la madre naturaleza y sus componentes, en términos generales el territorio, tiene una historia de contactos interculturales, porque es el espacio donde se establece la convivencia y es el espacio para la construcción de la identidad colectiva. Dicha relación intercultural descansa en el principio en las condiciones del respeto y la valoración en el trabajo, del mundo sagrado, la dualidad, la complementariedad, y la agrodiversidad.

  3. Hilario Chi Canul Says:

    Interesante, preocupante y, por ende, llama a reflexionar el caso de la educación superior boliviana. Desde mi llegada a Bolivia, específicamente en el PROEIB, se me quedó la duda, después de leer parte de la Constitución Política del Estado, ¿por qué no hay Universidades Interculturales?, quizás por la situación «novedosa» en México de las nuevas Universidades Interculturales del País , once en total: ocho de nueva creación con presupuesto Federal y Estatal y tres surgidos a través de la transformación de la Universidad Veracruzana. y por la maestría en EIB.
    Lo interesante, es palpar esta demanda indígena por una educación superior intercultural, sobre todo con una predisposición para construirla, caso contrario en México en donde las demandas indígenas encaminadas hacia una educación diferente, no apuntaban precisamente por la interculturalidad. Esto al igual que en Bolivia tiene respuesta en su historia; en Bolivia desde un principio la educación fue demandada por el pueblo, inclusive se autoeducaron. En México la situación fue diferente porque la necesidad del Estado era hogenizar el país para una sola cultura y una sola lengua, cuestión que a través de la castellanización en muchas comunidades se impuso la educación y muchos indígenas, incluyendo a mi madre rechazaron la educación por encaminarse no solo a cambiar mentalidades sino formas de vivir.
    La historia de México referente a la educación ha dejado huella para que en nuestros días la interculturalidad no tenga presencia ni la objetiva aplicabilidad que se requiere. En primer lugar, más que una nueva propuesta para mejor la educación méxicana fue y sigue siendo (hasta cierto grado) una cuestión meramente política que de una u otra forma contribuyó a fortalecer la educación de algunos pueblos indígenas, digo fortalecer, porque al menos los espacios escolares se encuentran disponibles, y las estadísticas demuestran también que existen mayor acceso a la educación de los indígenas, por ejemplo: el caso del pueblo maya, con la Universidad Intercultural Maya de Quintana Roo, existen hoy en día más de 400 jóvenes y de mayoría mujeres preparándose en áreas de lengua y cultura, así como en carreras encaminadas la protección del medioambiente, caso contrario, de no haber existido.
    Sin embargo los tropiezos son visibles igual, por una parte, como la interculturalidad es un hecho que apenas se está asimilando en el país la cuestión práctica deja mucho que cuestionar, y por la otra, las cuestiones de identidad y diferencias sociales son más fuertes que las voluntades de actuar. En la práctica se dificulta más porque existe una tendencia de asimilar tal cual la interculturalidad, una relación donde no hay indígenas y no hay blanco todos deberían ser iguales, incluso la visión y la búsqueda de su concreción es no confundirlo con una universidad indígena, sin embargo, esto nos causa dolor porque cómo vamos a separar al indígena en un enfoque donde la base fundamente y la matricula escolar están compuesto por indígenas, en este sentido se cae de nueva cuenta en un segundo grado de asimilación maquillada, cuando lo ideal es dejar ser como son y respetarnos mutuamente sin distinción alguna.
    Por el lado de sociedad, en un principio la Universidad Intercultural Maya de Quintana Roo fue concebido como de bajo nivel por concebirse como para indígenas, sin embargo, los fuertes trabajos de los docentes, administrativos y docentes se ha demostrado que no solo está al nivel de las otras universidad, sino que también en un opción para hacer una mejor universidad. No puedo dejar de mencionar, falta muchas cosas por hacer, una de los principales quizás es lograr esa fuerte integración de sociedad en la construcción de la Universidad, pero integrarlos como sujetos activos y no pasivos o como simples representantes.
    Lo que cuestiono al respecto de la interculturalidad en México, es el hecho de que este enfoque de educación empieza con el nivel Superior, porque mientras el alumno se ha formado con otra visión hasta el bachillerato llega a la Universidad para cambiar de percepciones culturales e identitaria, ya que , es de suponerse que en casa y en sus estudios anteriores estos aspectos han sido contrariamente a su realidad en la Universidad. En este sentido, entonces, lo ideal sería atacar la raíz del problema, y, esto también implica cambiar no solo pensamientos y forma de enseñar, sino también formas de actuar, incluyendo mejores diseños de políticas educativas pero sobre todo aprovechar y construir con los espacios ganados para el bien estar de la sociedad.

  4. Wilber Uzares Sabido Says:

    COMENTARIO A GUIDO MACHACA “INTERCULTURALIDAD Y EDUCACIÓN SUPERIOR”
    Deseo Referirme a puntos que me parecen relevantes y realizar alguna cuestión al planteamiento del autor:
    La demanda de los pueblos indígenas por la educación superior, ha trascendido hasta llegar a la formación universitaria. Antes, la formación se daba más en los INS.
    Revisamos el giro porcentual de indígenas por el desplazamiento a contextos urbanos, especialmente a Cochabamba, Chapar y Santa Cruz. Ello en busca de mejores oportunidades laborales y económicas. Machaca afirma que esto no siempre implica la pérdida de la identidad sociocultural y la disociación son su comunidad. Discrepo un poco y soy mas realista en este sentido ya que tomando en cuenta el periodo histórico de mayor flujo migratorio, los indígenas (la gran mayoría) se despojaron de sus bienes comunales para sobrevivir y aprehender otra cultura y la finalmente adoptaron luego de un penoso proceso de aculturación y alienación. Obviamente también reproducen practicas culturales en la ciudad: q’owa, ch’alla, etc.
    Para el censo del 2001 hay un cambio de mentalidad, ya que más del 60% de la población nacional se autoidentifica con algún pueblo originario.
    Como quechua, me llama poderosamente la atención que porcentualmente hablando, los quechuas a pesar de tener mayor población encabezan el porcentaje de analfabetismo, tienen menor tasa de asistencia escolar, menor promedio en años de estudio, menor porcentaje de acceso a diferentes niveles de educación, igual que a secundaria. Y los pueblos originarios del Chaco, Oriente y Amazonia están en mejor situación.
    Hace tres años el Bloque Educativo Indígena conformado por varias organizaciones indígenas y Concejos Educativos demandaron, en la educación, un estado plurinacional, pluricultural y plurilingüe, fortalecimiento de la EIB y su aplicación en todos los ámbitos. Entonces, en Bolivia la EIB nace como demanda desde las bases, pero debe ser en ambas direcciones.
    La Propuesta de Ley Educativa “Avelino Siñani” y “Elizardo Pérez”, plantea el mismo postulado que esta promulgado en la Nueva Constitución Política del Estado. Entonces: ¿Por qué hasta ahora no se aprueba y promulga?
    Finalmente es merecido el reconocimiento a la iniciativa de interculturalizar el ámbito universitario que conducirá a una ciudadanía intercultural.

  5. Antonieta Conde Marquina Says:

    A partir del artículo de Guido Machaca sobre el seguimiento de las evidencias de Interculturalidad en la Educación Superior y las demandas de acceso al ámbito superior por parte de los Pueblos indígenas de Bolivia, quisiéramos de manera general decir algunas palabras, desde nuestra vivencia personal, respecto a la situación de este nivel de la educación en el Perú.
    Si bien es rescatable algunas iniciativas sui géneris que algunas universidades privadas y públicas han iniciado estos últimos años en el país citamos a la PUCP, UNSA, USAAC, estas universidades de manera optativa u obligatoria han incorporado una lengua indígena -quechua- a algunas carreras, la última ha ido un poco más con su programa Hatu Ñan.
    Estas iniciativas aún no han tenido el eco en la mayoría de las universidades, al menos las nacionales por falta de voluntad por parte de las autoridades universitarias de lanzar iniciativas. Creemos que estas iniciativas debieran partir de la máxima instancia la Asamblea Nacional de Rectores, porque al fin y al cabo, ellos de alguna manera fijan los lineamientos de política a aplicar en las respectivas universidades, a pesar de la autonomía que gozan estas. En definitiva aún se vive en una permanente invisibilización de los estudiantes de grupos culturalmente diferentes.
    Creemos que recae de manera directa la responsabilidad a los estudiantes y la comunidad de origen. Primero partir con la conformación de una organización sólida donde se socialice el marco jurídico que los ampara tanto nacionales como supranacionales para así exigir el cumplimiento de dichas normas.

  6. Rosa Dionisio Says:

    INTERCULTURALIDAD Y EDUCACIÓN SUPERIOR
    Pueblos indígenas, educación y transformación de la universidad en Bolivia
    Guido Machaca Benito

    Antes de abordar los temas que profundiza, el autor inicia el texto con la contextualización demográfica y datos estadísticos de la educación indígena en boliviana. En la introducción aclara que el desarrollo de su texto se refiere al tema de la formación de docentes con relación al tema de Educación Intercultural, pero también enfatiza el asunto de la educación superior para los pueblos indígenas. Tema que más me llamó la atención por los siguientes puntos:

    La demanda del pueblo guaraní. Si la educación primaria es gratuita y necesita personal especializado, entonces que la gratuidad se extienda hasta la educación superior. Que la educación superior indígena fuera asumida por el Estado.

    La necesidad de crear bachilleratos en las zonas desconcentradas. El la región chiquitana cobro relevancia el Proyecto de Bachillerato Pedagógico.

    Los becarios que se especializaron en temas relacionados con la EIB.

    Los proyectos que elaboraron, presentaron y defendieron los CEPOs. Por una educación originaria. Hacia la autodeterminación ideológica, política, territorial y sociocultural. La construcción del un estado plurinacional, pluricultural y plurilingüe. El fortalecimiento de la EIB y su implementación en todos los ámbitos y modalidades de la educación.

    “La formación de docentes debe ser a partir de nuestra realidad, basada en nuestros conocimientos y saberes, bajo el curriculum que surja de las necesidades económicas, sociales y territoriales de las naciones indígenas originarias con la participación de los sabios, ancianos, mburuvichas, capitanes, malkus de las comunidades. La creación de tres universidades indígenas.

    Entre otros puntos los anteriores parecieron relevantes en el tema de la educación superior indígena. Sobre todo la relación que tienen con el Proyecto de Desconcentración Académica en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, en unidad universitaria de Valle Sacta, a través del Programa de Pedagogía Social Productiva. La historia de su creación como una demanda de la comunidad, principalmente jóvenes, cuyas ideas difieren de alguna manera de las que menciona Guido, porque hace mayor referencia a las ideologías indígenas, mientras que en las expresiones (orales) de algunos estudiantes no identifiqué ningún comentario relacionado con saberes locales, ancestrales o indígenas. Tanto ellos como uno de los docentes refieren que son una cultura “nueva” o recién creada, no son quechuas, aimaras u otros, son una cultura nueva porque en sus padres han inmigrado a ese lugar y por tanto ellos se han criado en ese nuevo contexto. En los comentarios de uno de los docentes menciona que la interculturalidad es un asunto de actitudes; las que asumen los estudiantes para convivir en el contexto donde habitan y no precisamente a la práctica de saberes ancestrales.

    Con ello concluyo mi aportación diciendo que es importante evitar las generalizaciones. No pensemos de la EIB, lo que no es para los otros.

  7. Roxana Villegas Paredes Says:

    Comentario:
    Eduación Interculturalidad y educación superior
    Pueblos indígenas, educación y transformación de la universidad en Bolivia
    Guido Machaca Benito

    De la totalidad de los textos me permito subrayar tres aspectos, el primero se refiere a la desarticulación entre la educación primaria y secundaria; la segunda es la desarticulación entre educación secundaria y la superior; y tercero la desarticulación entre el sistema universitario nacional y los pueblos indígenas. Mi comentario a estos aspectos son:
    Es muy evidente la desarticulación entre la educación primaria y secundaria, una desarticulación principalmente intercultural; es decir, si bien se han hecho algunas experiencias muy valiosas sobre la EIB en el nivel primaria, mientras que en el nivel secundario se ha continuado castellanizando y modernizando tanto teóricamente como técnica y metodológicamente, es en este nivel es que, se continúa desarraigando a los estudiantes de su origen indígenas, de sus culturas y de sus lenguas, sin tomar en cuenta los esfuerzos del nivel primaria. Asimismo, lo que en el nivel primerio se pone por sentado (valores culturales indígenas) como validos frente a otras culturas, en secundaria se termina ridiculizándolas, calificándolos a estos valores culturales como obsoletos, como atraso y sin sentido de vida.
    Respecto a la desarticulación entre secundaria y superior es más complicado el asunto, no sólo los indígenas estamos en condiciones de no poder acceder a educación superior por diferentes motivos, sino que cuando accedemos a los espacios de la educación superior nos entrenamos para intervenir mecánicamente a las comunidades y lo que es peor, nos convertimos en misioneros del progreso y desarrollo europeo. Y respecto a la desarticulación entre el sistema universitario y los pueblos indígenas, el sistema universitario es una entidad que forma recursos humanos calificados para colonizar y monoculturalizar y principalmente para privatizar los ámbitos de comunidad de las comunidades, acaso no se aprende en la universidad a quimicalizar la agricultura tradicional indígenas?, acaso no es en la universidad que se aprende a rentabilizar a la madre tierra con el nombre de recursos naturales?, los espacios de la universidad no estimulan la diversidad cultural mas al contrario nos estimulan para explotar y envenenar a la madre naturaleza en lugar de preservarla para las futuras generaciones.

  8. Gonzalo Coppa Ayllón Says:

    Sobre el texto de Guido Machaca, quiero resaltar los cuadros estadisticos que acompañan el texto.
    En la parte donde señala sobre las causas de un numero menos de estudiantes de las provincias a la universidad, que indica la baja formacion en la secundaria, esto creo que es evidente, pero pienso que esto tambien se debe a que carecen de docentes que sean competentes porque en muchos colegios improvisan profesores, es decir que no siempre el educador formado en una determinada materia es el que imparte la enseñanza.
    Asimismo, el texto señala que esta situacion se esta solucionando con becas, PAE esto se persibe en Cochabamba, pero en otras universidades por ejemplo Sucre, esto aun no existe. Lo que puedo agrerar en los ultimos años se puede ver que si bien el estudiante ingresa a secundaria, los padres de familia esta comenzando a migrar a los centros urgbanos para garantizar una educacion acorde a las ciudades.
    En cuanto a la participacion de los pueblos indigenas en los procesos educativos, expresa el texto de Guido de manera secuencial que refleja las etapas importantes del rol que desempeñaron los pueblos, es mas en uno de los testimonios revela que para poner en funcionamiento la universidades indigenas no fueron consultados, esto me da a entender que las inciativas de las organizaciones no estan reconocidas, por los que actualmente estan en el poder en complicidad de los funcionarios indigenas que estan en los espacios publicos.

  9. Victoria Mamani Choque Says:

    Comentario al texto de Guido Machaca:
    De acuerdo al análisis que se realiza en el censo del 2001, en el cuadro 2, es real que los jóvenes de 15 años y más, se haya auto adscripto como indígena mas en el sector andino, claro incluyendo Cochabamba, ya que esta zona es considerada también zona de migración de muchos andinos, sin embargo es sorprendente ver que en la zona amazónica como Pando solo un 16% se considere indígena, bueno esto es porque es un departamento que tiene menor población. En Santa Cruz se observa que mas de la tercera parte se considera indígena y es evidente este hecho en la lucha actual que persiste hasta ahora entre población indígena y no indígena. Asimismo es complementolas referencias opuesta de no indigena, hasta se podría decir hasta simétrico si complementamos de extremo mayor a extremo menor, por ejemplo en el caso de Pando,poca población se considera indígena y es evidente que la mayor población se considere no indígena. Este hecho sucede con todos los departamentos de acuerdo a la posición que ocupan y aquí se puede ver en que departamentos en más y menos se consideran no indígenas.

  10. VIKTOR Says:

    Que si en la actual universidad de Bolivia está pasando en los primeros pasos de nacimiento, como hacer esta nueva sociedad que impulsa el cambio, a partir de cambiar el fluir o el ritmo de la sangre originaria hacia una nueva propuesta que está en pie de aprobarse, ¿es que será beneficioso? ¿Para quién como se establecerán estos cambios? ¿Los mercados laborales están preparados para este nuevo sistema de promociones o egresados para cubrir las demandas indígenas? ¿Hasta cuándo? O como pasa en la argentina que la demanda de docentes de escuelas de nivel medio está cubierta para los próximos 10 años pero sin embargo se siguen abriendo nuevas promociones. Esto es un negocio para cubrir la expectativas de una sociedad joven que se quiere incluir y ser parte del estado que luego demandara por sobre empleo o la falta de espacios laborales?, con una visión de una universidad productiva hacia el desarrollo del rural de las comunidades de los conocimiento locales? ¿Están sistematizados los saberes locales? Los discursos de los dirigentes en qué medida han cambiado? Las comunidades necesitan explotar sus espacios y en qué medida? Y que si lo mas productivo con el gobierno oficial, aun solo es parte de una utopía, pero en qué y cómo cambiara si esta política si quiebra su camino como será la próxima presidencia? Si es como pasa en la argentina nada sirve, aun con el papel en mano, que desde una constitución del 94 con llantos en unánime aprobación política de los derechos indígenas, todo sigue igual. Son los mismos docentes y los mismos moldes de egresados, quien enseña a superar todo este proceso que crece por la fuerza indígena, pero que no avanza, todo es presencia, ser un símbolo y se calla ante el poder que compra tu palabra y tu aliento. ¿Debemos continuar? como donde está la fragilidad del Estado? O ser como dice Flora Cruz, Mburuvicha Guasu del APG Argentina, que luego del reportaje realizado por Beozzo, expreso como el ex-presidente del INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas) le dijo lo siguiente:
    ORGULLO DE SER QUILOMBERA
    …origen de la palabra «quilombo» y «quilombola» que se aplicaba a los esclavos fugitivos de los ingenios y haciendas que construían aldeas de ex-esclavos como espacios de resistencia y de libertad y que la próxima vez que el presidente del INAI la llamase «quilombera», podía responder que sentía mucho orgullo de defender a su pueblo, su dignidad, sus tierras, su cultura y sus derechos.(Beozzo:23-02-07, consulta internet 08-09 09)

  11. lourdes saavedra villa Says:

    Después de la lectura de los textos, existe una desarticulación entre los niveles de la educación primaria, secundaria, superior y la educación alternativa. Pero, si esta articulada en perseguir el espejismo europeo, del buen vivir y del confort.
    La educación superior, específicamente en la UMSS, fac. Humanidades y Ciencias de la Educación: la carrera de Ciencias de la Educación durante los años 2000 a 2006 mantenía una diseño curricular de importación de conocimientos, de consumo y no de producción. Entonces, ahora con la desconcentración universitaria, se esta cometiendo una arbitrariedad cultural y se continua con la etnofagia de la que habla Patzi y Polanco. Por el hecho de que en la exigencia legal emanada por el Estado, en donde exigir desconcentración en su propuesta debia contener terminos interculturales, entonces, autoridades universitarias plasman teoría sobre interculturalidad, hacen aprobar la desconcentración, pero los centros de educación superior desconcentrados son una copia fiel de la UMSS.

  12. Eduardo Says:

    Se evidencia nuevamente que la lucha historica de nuestros pueblos indigenas por el acceso a la educacion aun continua, pero cobrando un rumbo nuevo, consistente en permanecia y pertinencia cultural, dos aspectos debatidos y cuestionados en la actualidad, en casi todos los niveles de la educación.
    Sin embargo, pese a que los estados, en este caso el boliviano, creen haber resuelto el problema y por ende satisfacer la demanda indigena de acceso a la educación en el nivel inicial y primario. Estos -los estados- no se dieron cuenta que lo que ocurrio fue trasladar la demanda indigena de educacion aun no satisfecha en su todo complejo a otros niveles, el de secundaria y actualmente se concentra fuertemente en el nivel superior.
    El caso de la educación superior, caso que es investigado por el autor, al igual que en la educacion inicial y primaria el acceso a la educación superior fue resuelto, en el caso de la Universidad Mayor de San Simón, se creo el ingreso libre e irrestricto a estudiantes indigenas mediante el Programa de Admision Especial (PAE), permitiendo de este modo que los estudiantes indigenas provenientes de areas rurales dispersas ingresen a la universidad (UMSS) estatal-publica.
    No obstante, en la actualidad se puede evidenciar que el fenomeno de acceso a la educación superior, fue cobrando una nueva dinamica, que a la vez es una problematica para la universidad y de hecho que hasta el momento no recibio la suficiente atención. La problematica de la permanencia ligada a la pertinencia cultural. En este marco considero importante para iniciar el analisis, plantearnos las siguientes interrogantes que nos acercaran a la problematica.
    ¿Quién es el problema, los estudiantes indigenas o la estructura y hermeneutica monolitica de la educación superior?.

  13. Germana Says:

    COMENTARIO DEL TEXTO DE GUIDO MACHACA
    Pueblos indígenas, educación y transformación de la universidad en Bolivia.
    De acuerdo al texto presentado por el hermano Guido Machaca podemos decir que el documento muestra la situación socio demográfica en todos los niveles de educación, empezando desde el primario hasta el superior, inclusive en la educación no formal o alternativa.
    A partir de los datos presentados se puede evidenciar que existe un aumento considerable en cuanto al acceso de los pueblos indígenas a la educación, pero este acceso significó la asimilación y homogenización a través de políticas educativas estatales integracionistas, que no respondía a la realidad, contexto y la diversidad cultural y lingüista de los pueblos originarios, porque eran pensadas y diseñadas por las elites dominante como instrumento ideológico y paradigmático modernizante de aculturación, de opresión y sometimiento con el fin de hacer desaparecer la identidad cultural y lingüística de los pueblos originarios.
    En ese entendido haremos un análisis de la educación boliviana en todo el sistema educativo, pero especialmente de la educación superior, la experiencia y la vivencia nos demuestra, que nosotros somos producto de esa educación discriminadora que no tubo ningún tipo de respeto a nuestra diferencia como personas, con distintas formas de hablar, pensar y concebir el mundo, y por tanto no fue reconocida ni aceptada por los grupos de poder hegemónico; esta situación se ha dado desde la educación primaria hasta superior.
    Respecto a la educación superior, quiero decir que en mí caso yo llegue blanca y salí mas blanca como producto del proceso de colonización, modernización, ciudadanización de la educación primaria, secundaria y de evangelización en los internados donde he vivido desde mi infancia y adolescencia hasta concluir la secundaria.
    En la coyuntura actual se critica y cuestiona el trabajo académico de la educación superior y el tipo de profesionales que egresan de estas instituciones educativas, que solo legitiman, declaman y reproducen el conocimiento occidental, pero no existe producción y construcción de conocimientos coherentes a los problemas del contexto sociocultural comunitario y que responda a las demandas y reivindicaciones de los pueblos originarios.
    En tal sentido, los indígenas estamos conscientes de fortalecer y desarrollar nuestra identidad cultural y responder a nuestras propias demandas y exigencias históricas y actuales de las organizaciones y comunidades originarias, por eso hoy se pretende la transformación de la educación superior con pertinencia y calidad para todos, que no solo se encargue de reproducir los conocimientos occidentales, sino también la inclusión de un currículo intercultural comunitario desde la cosmovisión, saberes y conocimientos de los pueblos y comunidades como un sistema alternativo y diferente para la vida.
    Lo que estamos pidiendo es que la universidad pública tome en cuenta nuestros saberes y conocimientos en todas las carreras; es decir, una transformación de la malla curricular. También se critica a las universidades que sacan profesionales y después éstos no saben qué hacer, ni donde trabajar. Lo que lo actualmente se requieren son profesionales que estén formados de acuerdo a las características epistemológicas y socioculturales de las comunidades, una universidad con un nivel académico de pertinencia, que permita la permanencias y la conclusión de las carreras en la educación superior por parte de los estudiantes indígenas. Por lo tanto, ya no queremos profesionales mediocres que, al final, lo único que hacen es destrozar a los movimientos indígenas; promoviendo el mestizaje y la aculturación de los pueblos indígenas originarios.

  14. Genoveva Santiago Says:

    Esta muy actual el tema de la educación superior. Después de leer a Guido los datos que contempla sobre el ingreso y egreso de los estudiantes de educación superior, y me hago esta misma pregunta en relación a México que no veo mucha diferencia, ya los jóvenes indígenas que ingresan al medio superior de 10 que entre salen 6 aproximadamente. Entonces me hago la otra pregunta es cómo mantener la estancia de estos alumnos en la universidad.
    Desde mi experiencia estar en la universidad considero que no solo es cuestión económica, sino que existe diversos aspectos como, la discriminación y el autoestima, que juegan un papel fundamental para seguir o dejer el espacio. Por ello propongo que existan espacios de pláticas afecticas como académicas con los jóvenes indígenas.

  15. Francisco Shilon Says:

    Esta situación educativa en relación con los alumnos hablantes de lenguas originarias en Bolivia es una de las realidades que presenta en los países latinoamericana, lo cual sigue como un proceso de lucha para los pueblos indígenas. Esta situación significa una desigualdad y marginación en todos los aspectos de la vida social, sin embargo, la preservación de sus valores, saberes, conocimientos, lenguas, etc. de los pueblos han sido fuente de lucha ante esta marginación para cambiar el sistema educativo en busca de igualdad de oportunidades y de fortalecer una política de inclusión para mostrar que los pueblos quechua, ayamara y otros pueblos están presentes, y que pueden conducir su destino como pueblos a través de una educación propia y reivindicación cultural. Ahora, me atrevo a decir que el acceso de los alumnos indígenas a las universidades ya no es tanto crítico, el problema ahora es la permanencia de ellos. Hace falta un espacio de acompañamiento para orientarlos y fortalecerles su identidad, un espacio de convivencia entre los alumnos hablantes de diferentes lenguas para reflexionar su situación de aprendizaje e intercambiar experiencias, intereses e inquietudes que permite impulsar el diálogo intercultural.

  16. reformarium Says:

    Esto es ¡increíble! No he leído algo como esto en mucho tiempo . Maravilloso encontrar a alguien con algunas ideas nuevas sobre este tema. Este blog es algo que se necesita en Internet , alguien con un poco de sinceridad. Un trabajo útil para traer algo nuevo a la red. Gracias de todos lo que te leemos.

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